sábado, 12 de junio de 2010

Digamos que sí

Supongo que la larga trayectoria de una historia depende de lo buena o intrigante que resulten sus anécdotas. Es por eso que, sabiendo lo delirante que resultan las mías, me he decidido apartar de la literatura ficticia y escribir (siempre bajo pseudónimos) mi vida íntima. También supongo que para que los personajes de una historia resulten creíbles, ha de saberse su procedencia, gustos, actitudes… es decir, el lector debe conocerlos. Pues bien, comencemos. Yo soy Diana, 20 años, prácticamente una hormona andante. Aunque en la vida familiar he tenido la suerte de contar con muchas comodidades y cariño, en mi vida íntima/amorosa todo han sido golpes y achaques que me hicieron madurar en la materia del ser querido. Nerviosa, de carácter fuerte y alternativo. Con un camaleónico don de gentes. Castaña de piel clara, ojos marrones, cintura fina y anchas caderas...
...comenzamos?

Diana

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